Raro perfume del aire...

 ...solo un compañero...

Existia en el lejano pueblo de Thurin una mujer no ordinaria. Era una erudita, una encantadora del sonido y la palabra, era además una lectora de los libros antiguos y había aprendido después de mucho tiempo a invocar a los elementos. Su conciencia y conocimiento crecieron mas alla de todo entendimiento humano y se volvió mas hermosa aun de lo que sus atavíos terrenales vislumbraban. Un día cuando contemplaba una hoja de laurel flotando en el rio, el espíritu del tiempo apareció y se sento a su lado, ella estaba acostumbrada a recibir este tipo de visitas pero el tiempo nunca la había visitado. Luego de unas horas de silencio y contemplación el tiempo despidiéndose le beso los labios y le susurro palabras al oído, acto seguido le dijo que la visitaría todos los años en la misma fecha.
Si hasta entonces ella se decía feliz, ahora que había caído el velo, ya no podia dejar de sentirse mas cerca de lo real del mundo. Durante todo el año que siguió la mujer fue aun mas dichosa e hizo todo cuanto quizo sin vergüenzas ni trabas y creció a los ojos de la gente en belleza y sabiduria. Pronto en el pueblo, la gente supo de su encuentro ; sin saber bien que era lo que había pasado conjeturaron que en el susurro la mujer había recibido de presente el poder de la adivinación; el secreto para no morir y permanecer imperecedera hasta el fin de los mundos. Y que era esto lo que le confería sus virtudes junto con esa inquietante alegría y su percepción de los sentires.
 Los años pasaban y tal cual se le había dicho, cada año la mujer recibia la visita del tiempo y en cada despedida este volvia a susurrarle palabras para otros secretas. Inmediatamente en ella renacían sus ansias de mundo y sentía una parte mas del todo. Si bien la gente no siempre la entendía, ella compartía su saber con quien quisiera escuchar, sobretodo si alguien invocando su arte la invitaba a cantar o danzar.
El viento siguió soplando erosiones y los amaneceres creciendo en las montañas nevadas asi finalmente la mujer , convertida ya en una anciana se encontró por primera vez con el espíritu del viaje; al que las gentes llaman la muerte, y ella comprendió que era ya la hora. En su lecho de muerte fue visitada por muchos de los espiritus ; los magos; los artistas y otros a los cuales las palabras ya no pueden definir. Y todos partian llenos de respuestas y mas preguntas, pero todos sentían la plenitud en ellos. Pues en sus ojos brillaba el fuego imperecedero de antes y después del mundo y solo contemplarla daba paz y conciencia de ser. El ultimo en visitarla fue el Tiempo y le regalo en sus oídos una melodía ya mil veces perdida . Y hasta el ultimo suspiro con su antiguo cuerpo ella fue mas y mas bella, como solo los humanos saben y pueden ser … ella cerro sus ojos y emprendió el viaje a través de la mañana que es puente hacia lo demás que algunos llaman el todo.
Solo en ecos de historias contadas por los espiritus hace eones y que fueron largamente olvidadas se repiten las palabras del tiempo. Y en las repeticiones inventadas por los hombres que a veces alguien les recuerda en sueños se oye la idea y no la sustancia.
 El tiempo nunca susurra el futuro sino el pasado, ahí la dicha, la plenitud, en las cosas hechas en las tareas realizadas, por eso se vive cada día para que el futuro sea un mejor pasado.

G.G