Un día mientras el maestro caminaba por la orilla del río sé le acerco un joven viajero que recorría la región en busca del camino a la iluminación.
Al ver la paz y serenidad en el semblante de lrgesh le pregunto luego de una reverencia : - "¿Eres el Mesías, el Buda, nuestro profeta? "
El maestro sonrió y se dejo caer lentamente al suelo. Tomando su tiempo para romper el silencio hablo - ¿Qué significa esa pregunta?
Sorprendido por que aquel hombre al que todos llamaban maestro no entendia su pregunta, decidió ser aún más específico:
- "¿Eres un ser divino, un iluminado, el balance y la felicidad?"
Esta vez el maestro se tomó aún más tiempo para responder situación que hizo sentir gran incomodidad al joven viajero.
¿Que dice tu intuición, que dice tu razón y por último que dicen tus creencias?
Hay veces que las preguntas no tienen otro objetivo más que la satisfacción de escuchar la propia voz. Porque la certeza que otorga la voz nos hace pensar que somos infalibles y objetivos.
¿Somos lo que nuestro nombre revela a los demás o las consecuencias de la elecciones que tomamos?
¿Hay paz en tener respuestas? No son sólo las preguntas sin respuesta las que nos iluminan el camino de la paz .
¿Que es importante... Que es el bien, que es la felicidad, que son los gustos, que es la amistad y que es el amor?
Si, soy el Mesías y el Buda ... y el profeta, pero tu también lo eres.
Mis preguntas y mis afirmaciones te dan paz y a la vez te esclavizan a mis formas.
Mis rezos llenan mi espíritu y a la vez magnifican mi ego proyectandolo en el de un otro aún más superior y me separan de ti que te sientas a orar junto a mi.
Que decir de la intuición: ella en su espontaneidad nos da la sensación de libertad. Si no elijo a conciencia, si no estoy pensando, sino dejándome libre llegare a la luz por un camino sin esfuerzo e intervención de mi mente.
Pero la intuición es la vocación de aceptar lo más inconsciente de nuestras razones; no la expresión de lo libre del ser. Entonces quizá sea también uno más de los engaños de la realidad.
Ya ves que no podemos escapar. Ya ves que somos y ese es el problema. Sí pudiéramos desaparecer seríamos menos felices y más iluminados. Quizá lo real y lo verdadero sean sólo palabras...
Irgesh sonrió nuevamente y hablo una ultima vez: "Meditemos buscando el silencio, mientras el río sigue su cauce... ¿ quieres una manzana?"
G.G
No hay comentarios:
Publicar un comentario