viernes, 29 de marzo de 2013

Laberinto

Son las 3 am. Camino por las calles y el silencio es el único testigo, sabe fielmente que estoy ahí, que estoy siendo, que soy.
Pienso, imagino, investigo mis sensaciones, me pregunto si soy un afortunado porque, en realidad hace frío, podría estar durmiendo, sentado mirando tv. Pero no, camino y examino minuciosamente cada sensación, cada sonido que le robo al silencio, los pelos todos son antenas, son dendritas en acción, estoy vivo puedo sentirlo. También veo lo que quedo atrás, veo el cine de mi propia vida; entro en el laberinto de la memoria que evidentemente esta siendo motivada por el todo.
Pasa la película y me voy viendo, soy el actor secundario en esa, el protagonista en aquella; fa que peliculón, peliculones, gracias a dios son muchos, bastantes hasta me sorprendo, drama, comedia, acción, aventura, cuantos personajes, cuanta emoción, freno.
Que paso? Como llegue a este set actual? Me gusta. Me gusta? Replanteo la pregunta, esta mal llegar como un naufrago a estas caminatas de noche con sensación de gloria del ser? Si ya lo hice antes, por qué va a estar mal? Es mas, lo estoy disfrutando. Camino nuevamente, (a veces las respuestas vienen del movimiento) los años vienen haciendo lo suyo, en realidad siempre me gusto compartir, también vivir, pero cuando viví cosas maravillosas, la mayoría de las veces me hubiese gustado mirar al costado y agarrarle la mano a alguien. Entiendo que los años han trabajado y que la sensación de no estar muerto es maravillosa, pero que lindo si hay otro, si ves como le brillan los ojos, si te ve como te están brillando los ojos.
Vuelvo al frío. Que raro como este frío me hace acordar a fríos específicos, como si hubiese distintos instantes de aire que se repiten y uno se los encuentra, los abraza les dice te conozco de aquel día y el aire desmemoriado sigue su curso, también uno, con cierta nostalgia y un tanto conmovido.
La nueva película esta rodando me doy cuenta pero si pienso eso me distraigo de lo que no me tengo que distraer... Del ser... Sigo caminando, casi como un síntoma obsesivo repaso mis sensaciones, repaso lo más profundo. A ver qué llega? Me fijo, siento nada; que raro funciona todo, te propones sentir y nada, te propones algo y viene otra cosa. Es raro eso? O esta bien que sea así? Tal vez, pensando en voz alta, uno no esta lo suficientemente atento a tantas de las cosas que están en juego cuando planea algo, se distrae con su deseo y no mira en tablero entero. Será eso? Aunque a veces lo que viene es mejor de lo que uno planeó. Sigue la película, sigo en estado, sigo disfrutando de aquello que es movilizante y que no puedo manejar, también me doy cuenta que empiezo a vibrar con otras cosas, que amo la magia de la vida, los colibríes en las mañanas, las tardes con olor a fruta, pasto y canción, la sonrisa aquella que me enamoró, las noches frescas que no rompen el candor de dos cuerpos latientes.
Respiro, por ahora terminó el set, saco las llaves y...

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