Tengo la imagen clara,
un pensamiento depositado en deseos… Pienso en H. Wallon “del acto al
pensamiento” y rectifico. La imagen está clara, viene de la experiencia del
acto, luego el pensamiento edificante de un sinfín de hipótesis.
El deseo ha traído la
energía de cambio, he encontrado una pizca de verdad: No se el cómo pero a
partir de allí, el saber, la creatividad, el vínculo, el medio, la apertura y
el amor serán mis guías en el transcurrir de un devenir de encuentros ante un
otro multiplicado de humanidad. ¿El objetivo?
Es respetar, conocer y aprender a ese otro, es entender siempre mi
limitación con respecto al otro, reconocer
mis miedos, todo ello con la conciencia en un segundo o tercer plano,
todo ello para estar abierto a un verdadero encuentro.
La imagen es bella, un laboratorio. Somos
muchos, los miedos también, todos hablamos. Todos construimos el conocimiento,
es necesario que lo hagamos entre todos respetando lo singular, buscando un
proceso constante de construcción y para ello motivar parece ser esencial pero
más aun, mirar con buenos ojos.
Se
ha generado muchas veces dentro del aula el temor a decir lo incorrecto, es ese
hecho también una guía, algo a lo cual no adhiero; un modo, forma y camino por
donde prefiero no transitar, tenerlo como ejemplo o guía negativa.
Mi histrionismo me ubica en lugar de
coordinador e intenta siempre copar algo más, las células duras del yo, las más
rancias hacen su esfuerzo por desmarcarse del resto. Por suerte, el recorrido formador, ha hecho
lo suyo y me advirtió y advierte de mi “yo”. Detectado él es decir, eso que no
me gusta y también soy yo y otros temores vestidos de fantasmas adviene el “ser
ahí” el “estar”; quiero decir, experimentar y vivenciar (experienciar) el
encuentro conmigo, pareciera ser la llave correcta para el encuentro con lo
humano, los otros.
Tal vez la maravillosa
ocupación que es enseñar es ser enseñado todo el tiempo.
Tal vez la maravillosa
ocupación que es enseñar nos obliga a dar pasos dobles en oxímoron, una especie
de formula matemética, por cada paso afuera en el encuentro pedagógico con otro, caben 2 o 3
pasos hacía dentro, hacía uno.
Tal vez la maravillosa
ocupación que es enseñar, es un gran juego necesario, para todo ser humano,
donde se despliegan los sueños, fracasos, vivencias pero aun más importante
todo ello se hace con una inmensa alegría, con un inmenso amor, todo ello se
hace buscando resolver y o hacer
posibles, los imposibles de nuestra existencia.
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