La noche quiebra el sonido en el vacío de tu luzRueda la tecla del piano sobre el filo mordidoAbsorto, el vaso, siente el cúmulo genital.Un después se hace lejanoY el ahora tiene la inundación más célebre, la tuya.Tus ojos derriten el silencio y muerden de él lo místico.Se apaga la vela eólica de mi fe errante.Un monólogo psicótico racionaliza amarte.Claroscuro se viste de gala en lagrimal encendido mientrasIngenua, inocente te estallan pupilas iridiscentes.Compostela sin gracia desdibuja tu figura.El latido persiana hace visible los miedos ancestrales.El transcurrir; el transcurrir asalta una palabra desesperada.La mano, sin aliento, camuflada entre tus pelosHace su último baile, su gran salto.Sin más en un diatónico digitar cambia el paisaje de tu piel como sinónimo de posibilidades.
miércoles, 12 de febrero de 2014
Toponimia
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