lunes, 10 de marzo de 2014

Liturgia

¿Cómo te digo que la distancia se siente tan cerca...?
¿Qué la dádiva solo tiene aliento...?
Qué en la noche, soy tu adlátere empantanado en linternas de caramelo...

¿Cómo se incrustó el infinito entre nosotros?
¿Acaso tengo el hechizo de calipso o tu nombre excede explicaciones y redes?
En mí frasco de las palabras solo hay una, y se repite y repite...

Si la técnica no tiene que ver con la escritura, 
así como la razón con la plenitud.
¿Qué acertijo no he resuelto para que tu voz resuene entre mis lágrimas?

Una tarde de globo viaja hasta una maceta...
Qué circunstancias atesora el tiempo...
Un Limón, un chocolate y vos, toda azabache!
Y yo, aquí me ves, acortando el entretiempo...


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