martes, 22 de abril de 2014

Anisotropía


Llegaste en el suspiro y como suspiro te fuiste.
Llegaste en el momento que la estrella pasa a su fugacidad.
Llegaste como el perfume de un otro que te atraviesa y arrasa inaugurando  conmoción de sentidos.
Llegaste decía, aunque llegaste yéndote.
Las palabras intensa y plenitud, ¿acaso son un primer bosquejo de lo que la razón nunca va a entender  y aún así tratará de explicar?
Llegaste en cansancio de noches que han dado vuelta el reloj.
También en madrugadas con soles, risas y silencios.
Así podría darte ejemplos u metáforas de como llegaste en el oxímoron para quedarte e irte pero sin partir.

Tal vez la escena se figura en una burbuja, creada por los labios de una madre que sopla y la infinita ilusión de eso que viaja frágil, inestable, con la ilusión de niño, deseo de niño...  Ilusión si, pero mucho amor, amor, amor verdadero.

Balanza y diferencia.
Sonreís y sonríe el mundo, efecto espejo de la tierra iluminada por la luna.      

Un niño explica:
“Los orientales son bajitos y tienen los ojos así por vivir en la parte de abajo del planeta y aparte como es siempre de noche se les apretan los ojos”

Un árbol dice:
“Soy libre si no me clavan nada”

Razón y lógica en charla de ecuaciones duras:
“Esto de las emociones nos vino a joder la existencia” 

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